Aliens concede deseos

Termina un día normal, como de costumbre a las 1:00 am, a veces siento que no son suficientes las 24 horas de una jornada. Después de romperme el lomo trabajando, para llevar unos pesos a casa: comprar algo de comida y un regalo para mi mujer para mantenerla callada y no me pelee; así es la vida del pobre que nada tiene pero vive, porque trabaja con amor a su fe. Quisiera que el día fuese más largo, que tenga por lo menos 26 horas, no para mí, sino para estar con mi familia. Siempre que llego a casa en la madrugada me los encuentro durmiendo, de dejan la cena servida en el micro y como siempre, no me queda otra opción que encender la TV y poner el canal de las noticias.

El titular: “Un aliens en El Salvador está concediendo deseos”. No le puse atención, pensé que era un chiste. - ¿Aliens? Esos bichos raros aparecen solo en películas de miedo.- Continua la noticia y presentan una imagen en la que aparecía el obispo Óscar Arnulfo Romero, rodeado de una multitud que lo aclamaba. Incrédulo y boquiabierto puse atención a las noticias que continuaban informando que: “…el sospechoso aliens que visita Centroamérica le ha dado la vuelta al mundo concediendo deseos”. No es el Genio de la Lámpara que concede montañas de diamantes, sino es el aliens que atiende los pedidos de los humildes, de los que en su corazón no hay espacio para la codicia. El deseo fue concedido a un niño de apenas 10 años, que nunca conoció en vida al obispo Romero, pero conoce de él por medio de sus padres y abuelos que le cuentan sobre el buen hombre que ayudaba a los pobres.

Ya Aliens había pasado por África y había sanado a todos los enfermos de SIDA; en España hizo que Cristóbal Colón sea considerado un héroe nacional y tenga el monumento más grande del mundo. Pasó también por Estados Unidos en noviembre del año pasado y le dio a ese país un presidente de piel negra. Ha hecho milagros alrededor de todo el mundo, es el personaje del momento, ahora llega a Latinoamérica para escucharnos.

Espero paciente a que el señor Aliens se de un salto por aquí, La Isla del Coco. Imagino que la noticia ya sea conocida por la población. Imagino que en la mañana, no se comentará sobre deporte ni política, sino del distinguido visitante.
Yo solo le pediré una cosa: Que me conceda estar más tiempo con mi familia, no quiero un empleo de poco trabajo y buega paga, con lo que tengo soy feliz. Solo pediría que el dia fuese un poco más largo.