En la tarde noche de hoy, lunes 15 de marzo del 2010, aproximadamente a las 20:05 horas, se sintió en la cuidad de Santiago de Cuba otro potente sismo, quizás algo más potente que los ocurridos días atrás. Durante el mes de febrero han ocurrido día tras días temblores de tierra, pero la prensa santiaguera ha hecho caso omiso a tales noticias. El pretexto de no alarmar a una población superior al millón de habitantes no es motivo para no informar a otro millón de santiagueros que residen en otras provincias y no tienen otro medio sino que el noticiero nacional de televisión y las emisoras de radio para informarse de lo que sucede en su tierra.
Los datos de dicho sismo espero que sean informados por los medios competentes; vale mencionar que no han sido poco los temblores ocurridos, son varios los que se han sentido y no se han informado. La población santiaguera tiene una buena cultura y preparación en el tema de los temblores y sabe muy bien lo que tiene que hacer en caso de ocurrir uno igual a los sentidos a lo largo de estos dos meses.
El sismo de Haití se sintió en Santiago de Cuba. Puede decirse que esa fue la fecha en que comenzaron los constantes temblores en Santiago. El día del terremoto de 8,8 grados en Chile se sintió a la misma en Santiago un sismo de mediana intensidad, que levantó de la cama a buena parte de la población. Todas estas informaciones fueron brindadas por los mismo santiagueros que en medio del susto llaman por teléfono a sus familiares, lo que provoca que las líneas se congestionen, dando motivos a la generación de comentarios, chismes y especulaciones.
No debe permitírsele a otros medios de noticias reportar los ocurrido en Cuba cuando contamos ciento de emisoras radiales buena parte de ellas con acceso a Internet, decenas de canales de televisión y más de 15 periódicos. La misión del periodismo es informar, no siempre se pueden dar buenas noticias, pero si se debe reportar lo ocurrido.
El Instituto de sismología localizado en la carretera de Siboney, en las afueras de Santiago de Cuba, debe hacer un estudio a profundidad acerca de la actividad sismológica de los últimos días, además de encabezar una campaña informativa a la población de la región oriental de Cuba, con el fin de aumentar la preparación y la cultura del pueblo en temas de temblores.
Los santiagueros más viejos recuerdan con angustia lo sucedido en el año 1932, cuando un terrible terremoto destruyó la ciudad. No podemos hacer nada para evitar un terremoto, pero si podemos hacer todo los posible para que las personas sepan muy bien lo que tienen que hacer en caso de ocurrir un sismo de gran magnitud. Ocultar el suceso de un sismo no ayuda para nada a mantener la calma en la población, es cierto que ellos son los primeros en enterarse, pero vale recordar que los orientales, principalmente santiagueros, están presentes en todas partes de Cuba.
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Hace 6 meses