jueves, 8 de octubre de 2009

Ernesto "Che" Guevara

Si se aguza el entendimiento es posible escuchar su voz, ante la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas, el once de diciembre de 1964. Entonces, el hombre que desde muy joven se había considerado hijo de Latinoamérica, se colocaba al lado de quienes padecían el colonialismo, el neocolonialismo, la discriminación racial o cualquier otro tipo de explotación.

Por la coexistencia pacífica entre los pueblos y el respeto a la integridad territorial de las naciones, se pronunciaba, en plena madurez, Ernesto Guevara de la Serna.

En su Argentina natal, antes de cumplir diez años, transitó por las páginas de El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, que desde entonces lo situarían del lado de las causas más justas y humanas, sin pensar en sacrificios. México, en 1955, lo colocó junto a Fidel Castro, para alcanzar altura mundial.

Fue Ernesto Guevara el ideólogo que desde los días de campaña, primero, y más tarde por escrito, esbozara las características del hombre nuevo, capaz de ver el trabajo como un deber social; como un aporte a la vida en común en la que él mismo se reflejara.

Sería, en Cuba, el Ministro de Industrias que tras una larga jornada, al notar que el perro que lo despedía cada noche con sus ladridos había sido encadenado, regresara a exigir la libertad del animal.

Fue el mismo que marchó a Bolivia, porque las penas de Latinoamérica le habían calado hondo y porque por las cosas en las que creía luchaba con todas las armas.

Para el Che, el verdadero revolucionario debía estar guiado por sentimientos de amor y por una auténtica vocación internacionalista. Todavía, si se aviva el entendimiento, puede escuchársele, en las Naciones Unidas, demandar los derechos de los más pobres.
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El Che: Paradigma del hombre revolucionario

Desde los históricos acontecimientos en la Quebrada del Yuro, Bolivia, el Comandante Ernesto Che Guevara se convirtió en una leyenda de la justicia universal entre los hombres. Para él la solidaridad entre los pueblos era una máxima, que hoy, lejos de extinguirse con los años, crece y crecerá más hacia el futuro.

El Che no era un hombre de lo fácil, mostró que el rigor de un genuino revolucionario no se basa en el teoricismo ni en el academicismo y mucho menos en las posiciones intelectualistas alejadas de la vida real.

El rasgo esencial de la personalidad del Che era su exigencia, en una compleja época, la cual demandaba una combinación de virtudes que suelen presentarse en la conciencia humana.

En su carácter hicieron síntesis el guerrillero, el dirigente, el hombre de estado y de política; era también un infatigable investigador, un promotor de nuevos pensamientos. Un combatiente con profunda vocación intelectual que ofrendó su vida en consecuencia con sus ideales.

Fue un modelo de disciplina intelectual y revolucionaria, partidario de exigir responsabilidades a cada cual por sus actos. Había en él la crítica a lo mal hecho, insistencia en la búsqueda de nuevos caminos, alto sentido de la responsabilidad social y un irrenunciable compromiso con los pobres.

Esa proyección humanista del Che se encuentra claramente en el pensamiento de Simón Bolívar cuando escribiera: "La fortuna no debe luchar vencedora contra quienes la muerte no intimida; y la vida no tiene precio sino en tanto que es gloriosa".

También fueron atributos de su acción revolucionaria los principios éticos y el ideal moral, generado en cualidades de voluntad de lucha ante las dificultades y lo mal hecho y su capacidad de resistencia.

El Che se convirtió en una leyenda por su heroísmo, estrategia, capacidad de guerrillero y su pasión revolucionaria.

Junto a Camilo reeditó la hazaña de Maceo y Gómez, con la invasión al Occidente de Cuba durante la gesta del Ejército Rebelde. Estos dos héroes de la revolución cubana no solo condujeron las columnas guerrilleras al centro de país sino también sembraron, con su amistad, un paradigma de hombres de pueblo.

En el fondo de esta relación entre el Che y Camilo, estaba la cultura espiritual de nuestra América, revelándose en una hermosa historia con caracteres de leyenda.

No era un encuentro circunstancial y ligero, sino algo muy profundo con raíces antiguas: los hilos invisibles que unen a los grandes de la historia de que hablara Martí

El amor como fuerza humana suprema, valor en sí mismo y conducto de valores, se acopla armónicamente de modo especial con el patriotismo, concebido por Martí como síntesis de todos los valores

De esos valores que preconizó nuestro Héroe Nacional "José Martí", el Comandante Ernesto Che Guevara es un paradigma.
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