sábado, 28 de junio de 2008

El Che: ¿Moda o admiración?

En la actualidad, se ve en nuestras calles, a diario, a jóvenes que como yo llevamos una que otra prenda con la imagen de ese gran hombre que fue el Che.

Su rostro o firma son exhibidos en bolsos, ropas, brazaletes. ¿Qué joven no tiene en su cuarto la tan famosa foto que ha recorrido el mundo entero o cualquier otra fotografia suya, además de los objetos a los que hacía referencia anteriormente? . Por eso hoy, cuando estamos en el mes en que celebramos el Aniversario 80 del nacimiento de este inigualable hombre, me atrevo a preguntarnos si somos realmente dignos de portar y exhibir una imagen como la del Che, tan calada, tan llena de expresión y sentimientos, tan profunda.

Unos lo hacen por admiración, muchos, como yo, lo consideran un ídolo, otros solo porque así se los ha impuesto el reto de la moda. Moda, si el Che casi se ha convertido en una moda.Y creo que sería bueno que todos tratemos de imitarlo, pero de la mejor manera, siendo realmente como fue. Si todas esas personas que tanto lo admiran y hasta llevan consigo su imagen en cualquier parte de su cuerpo hicieran suyos esos valores y cualidades que tanto adornaban su carácter, estoy casi segura de que abundarían.

Mas en nuestra sociedad los buenos hábitos en la juventud, la solidaridad, el respeto y la cortesía no nos parecerían ya tan extraños cuando presenciáramos una manifestación de este tipo, serían menos las indisciplinas sociales.

El ejemplo del Che sería entonces como un gran espejo donde todos tendrían su reflejo. Lo admiramos, respetamos, siempre lo recordamos, pero cabría preguntarnos si en tanto tiempo hemos sido capaces de cumplir con aquel sagrado lema que desde pequeños aprendimos en la escuela. En verdad, ¿somos como el Che?


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miércoles, 18 de junio de 2008

La hora de la independencia de Puerto Rico

Artículo publicado inicialmente en el sitio Viva Cuba Libre con el título “República de Puerto Rico”.

La Isla de Borinquen padece el mal de los malos visitantes. Los españoles que llegaron cinco siglos atrás son considerados por René Pérez y Eduardo Cabra malos visitantes y los “Gringos” de 110 años atrás peor visitante. No solo ellos piensan así, un pueblo que rechaza la presencia de los intrusos desea ser libre de una vez y por todas.

El gobierno de Estados Unidos se hizo de Cuba, Filipinas y Puerto Rico luego de intervenir en la guerra entre cubanos y españoles organizada por José Martí e iniciada en el año 1895 y que tuvo su desenlace en la bahía de la ciudad de Santiago de Cuba, donde fue destruida la flota militar española. Los filipinos les habían declarado a sus colonizadores, los yanquis entran también en aquel conflicto con pretextos y promesas. España firma la capitulación y en vez de otorgar la independencia por la que lucharon y murieron miles de cubanos y filipinos en sus respectivos países entregaron a los norteamericanos las colonias que le quedaban en América y Asia. Hemos sido victimas de las interesadas relaciones imperialistas desde nuestro surgimiento como nación. La lucha de los cubanos no cesó y lograron al menos una República en 1902, que no fue la que todos deseaban pero al menos constituyó un paso importante para que la Isla no se convirtiera en una estrella más en la constelación norteamericana. En Filipinas murieron en 10 años más de un millón en las luchas contra los nuevos ocupantes.

¿Se hizo igual resistencia en Puerto Rico? Se tuvo que esperar el siglo XX para que reaccionaran los boricuas y comenzaran la lucha. Luego de leyes y reformas se tiene conocimiento de la primera insurrección armada en 1950, donde se rechazaba el proyecto de “Estado Libre Asociado (ELA)”, condición que posee en la actualidad. La lucha fue sofocada con bombardeos a distintas localidades y a la residencia del primer Gobernador criollo en Puerto Rico. Durante aquel levantamiento de proclamó independencia total de la República de Puerto Rico. Las luchas de pequeños grupos opuestos a la condición de ELA se hicieron sentir incluso en los mismos Estados Unidos, pocos resultados, pero perdura la valentía y las ideas.

En la actualidad no existe un movimiento que tenga a los norteamericanos en constante jaque, no entiendo el por qué, deben ser los boricuas los primeros en exigir su Independencia, saben que su territorio es propiedad de los gringos y que hacen y deshacen cuando se les venga en gana. Hace pocas semanas se dieron un salto los aspirantes a Presidentes de EUA, dando discurso en inglés, como si mucho se les fuera a entender, no fueron si quiera a tratar como tema un futuro digno para aquella tierra.

Es hora de que Puerto Rico tome por si misma las riendas de su destino, basta de ser un escenario más del bochornoso show de los millones despilfarrados en campañas y pacotilla cuando a la misma hora mueren cientos de niños por la falta de alimento y medicina. El pequeño manchón de las Antillas tiene su cultura propia, un idioma español que nunca se doblegará al inglés, su gente es única, muy distinta a los norteamericanos, gente que le corre la sangre latina por las venas, alegre y trabajadora, que sueña con un futuro próspero y crédula a cualquier mensaje, no importa de donde ni de quien venga.

Cada día son menos los que creen en los gringos, los peores visitantes han recibido, lástima que hay residentes, malos residentes que le reciben con los brazos abiertos, con los dientes afuera y obedeciéndoles, haciéndoles feliz en una tierra que ellos creen que les pertenece. ¿Cuándo será Puerto Rico independiente? Eso lo decidirá su gente, el mundo espera mucho de ustedes, no cree en los pretextos que pueden demorar esa buena nueva, la independencia de Kosovo ha creado expectativa en distintos lugares: Catalunya, País Vasco, Irlanda del Norte, Puerto Rico y otras regiones que luchan por su Independencia, liberación o autonomía. De Borinquen se desea la Independencia, la condición en que no pertenezca a los yanquis, para que su gente no elija a un Gobernador, tal como se hacen en los Estados norteamericanos y para que ningún presidente invada ese territorio con las mentiras propias de una campaña presidencial, se desea que en Puerto Rico se realicen elecciones presidenciales, que salga un presidente electo por el pueblo, que los represente y se siente a una mesa, junto a sus homólogos del área a decidir el futuro de la región, sin que los norteamericanos intervengan e imponga a la fuerza su voluntad.

Son varias las personalidades de la historia americana que han manifestado su deseo por ver a Puerto Rico libre. Antonio Maceo, uno de los oficiales cubanos que combatió al régimen español en las dos Guerras por la Independencia de Cuba expresó: “Cuando Cuba sea independiente solicitaré del Gobierno que se constituya, permiso para hacer la libertad de Puerto Rico, pues no me gustaría entregar la espada dejando esclava esa porción de América”. Lamentablemente Maceo muere en combate en el año 1896, todavía Estados Unidos no había intervenido en las Guerras hispano-cubana e hispano-filipina, de estar con vida en el año 1898 otro gallo cantaría, la historia de Puerto Rico fuese distinta.

Sin mirar al pasado y reprochar las cosas que se dejaron de hacer, confiados que el futuro de Puerto Rico depende de sus hijos, que la verdadera independencia depende de ellos y no de la voluntad de un Imperio cada vez más deseoso de poseer nuevas tierras. Arrancarse las cadenas que impone el visitante, ¿quien dice que las visitas mandan en nuestro hogar?


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martes, 17 de junio de 2008

Gómez y su historia

Nacido en Bani, República Dominicana, el 18 de noviembre de 1836. Inicia su carrera militar, a punto de cumplir los 20 años de edad, cuando se alista como soldado para defender a su país de ataques procedentes de la vecina Haití. Ya en 1863 ostenta el grado de Capitán de caballería. Al cesar la dominación española sobre Santo Domingo, muchos oficiales de dicho país se trasladan a Cuba junto a sus familiares.

En 1865 arriba a la isla, con el grado de Comandante de las Reservas Dominicanas. Contaba con una amplia experiencia militar, en especial de la táctica de las "cargas al machete" que tantas victorias propiciaron a los dominicanos sobre haitianos y españoles.

Para 1867 presenta su renuncia a las Reservas Dominicanas del Ejército Español y se instala, junto a su madre y hermana, en el pequeño ingenio Guanarubí de la jurisdicción de Bayamo. Inmediatamente se suma a planes conspirativos para -según sus propias palabras- pelear por la libertad del negro esclavo.

El 16 de octubre de 1868, se incorpora al Ejército Libertador con el grado de sargento. Con una pequeña tropa, el 4 de noviembre de 1868, dirigió la primera carga al machete en la guerra independentista cubana. Dio así la primera lección acerca del empleo de la que sería hasta el final de la contienda la más temible arma de los combatientes cubanos. Después ocupa la jefatura militar de todos los cuerpos de ejército y demuestra excepcionales cualidades combativas.

En los diez años de brega hasta 1878 libró incontables batallas y descolló como el estratega más dotado y el maestro de una pléyade de jefes brillantes. Tras la firma del Pacto del Zanjón, Máximo Gómez regresa a su país. No obstante continúa anhelando proseguir la batalla por la independencia cubana y junto a otros patriotas realiza planes para lograr ese objetivo, pero dichos planes no llegaron a materializarse por distintas causas.

Ya en los años de la década del noventa en el siglo XIX, José Martí, establece nuevamente contacto con él y en su condición de Delegado del Partido Revolucionario Cubano, lo nombra General en Jefe del Ejército Libertador. Se reúnen en Montecristi, firman el manifiesto de dicho nombre y parten hacia territorio cubano.

Máximo Gómez dio nuevamente su contribución al desarrollo de la guerra por la independencia de Cuba. Dirigió diversas batallas y nuevamente se pusieron de manifiesto sus grandes dotes militares. Su plan de invasión al occidente de la isla, ejecutado junto a su Lugarteniente General Antonio Maceo, constituye una de las más grandes hazañas militares de todos los tiempos.

A Máximo Gómez se le reconoce como uno de los más insignes jefes militares de las gestas independentistas de Cuba y como alguien que es símbolo del internacionalismo.

Tras la conclusión de la guerra en 1898, con la intromisión de los Estados Unidos de América en el conflicto hispano cubano y la derrota de España, Máximo Gómez se trasladó a La Habana, ciudad en la que residió hasta que se produjo su fallecimiento en 1905.


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miércoles, 11 de junio de 2008

Guevara

¿Por quién doblan las campanas? Doblan por nosotros. Me resulta imposible pensar en Guevara, desde esta lúgubre primavera de Buenos Aires, sin pensar en Hemingway, en Camilo, en Masetti, en Fabricio Ojeda, en toda esa maravillosa gente que era La Habana o pasaba por La Habana en el '59 y el '60. La nostalgia se codifica en un rosario de muertos y da un poco de vergüenza estar aquí sentado frente a una máquina de escribir, aun sabiendo que eso también es una especie de fatalidad, aun si uno pudiera consolarse con la idea de que es una fatalidad que sirve para algo.
Lo veo a Camilo, una mañana de domingo, volando bajo en un helicóptero sobre la playa de Coney Island, asomándose muerto de risa y la muchedumbre que gozaba con él desde abajo. Lo oigo al viejo Hemingway, en el aeropuerto de Rancho Boyeros, decir esas palabras penúltimas: "Vamos a ganar, nosotros los cubanos vamos a ganar". Y ante mi sorpresa: "I'm not a yankee, you know" (yo no soy un yanki, tu lo sabes).
Interminablemente veo a Masetti en las madrugadas de Prensa Latina, cuando ya se tomaba mate y se escuchaban unos tangos, pero el asunto que volvía era el de esa revolución tan necesaria, aunque hoy se presente tan dura, tan vestida con la sangre de la gente que uno ha admirado o simplemente quiso.
Nunca sabíamos en Prensa Latina cuando iba a venir el Che, simplemente caía sin anunciarse, y la única señal de su presencia en el edificio eran dos guajiritos con el glorioso uniforme de la sierra, uno se estacionaba junto al ascensor, otro ante la oficina de Masetti, metralleta al brazo. No sé exactamente por qué daban la impresión de que se harían matar por Guevara, y que cuando eso ocurriera no sería fácil.
Muchos tuvieron más suerte que yo, conversaron largamente con Guevara. Aunque no era imposible ni siquiera difícil, yo me limité a escucharlo, dos o tres veces, cuando hablaba con Masetti. Había preguntas por hacer, pero no daban ganas de interrumpir o quizá las preguntas quedaban contestadas antes de que uno las hiciera. Sentía lo que él cuenta que sintió al ver por única vez a Frank País: solo podrá precisar en este momento que sus ojos mostraban enseguida el hombre poseído por una causa y que ese hombre era un ser superior. Yo leía sus artículos en Verde Olivo, lo escuchaba por TV: parecía suficiente, porque Che Guevara era hombre sin desdoblamiento. Sus escritos hablaban con su voz, y su voz era la misma en el papel o entre dos mates en aquella oficina del Retiro Médico. Creo que los habaneros tardaron un poco en acostumbrarse a él, su humor frío y seco, tan porteño, debía caerles como un chubasco. Cuando lo entendieron, era uno de los hombres más queridos de Cuba.
De aquel humor se hacía la primera víctima. Que yo recuerde, ningún jefe de ejército, ningún general, ningún héroe se ha descrito a sí mismo huyendo en dos oportunidades. Del combate de Bueycito, donde se le trabó la ametralladora frente a un soldado enemigo que lo tiroteaba desde cerca, dice: "Mi participación en aquel combate fue escasa y nada heroica, pues los pocos tiros los enfrenté con la parte posterior del cuerpo". Y refiriéndose a la sorpresa de Altos de Espinosa: "No hice nada más que una 'retirada estratégica' a toda velocidad en aquel encuentro". Exageraba él estas cosas, cuando todos sabían lo que acaba de recordar Fidel, que lo difícil era sacarlo del lugar, donde hubiera más peligro. Dominaba su vanidad como el asma. En esa renuncia a las últimas pasiones, estaba el germen del hombre nuevo de que hablaba.
Guevara no se proponía como un héroe: en todo caso, podía ser un héroe a la altura de todos. Pero esto, claro, no era cierto para los demás. Su altura era anonadante: resultaba más fácil a veces desistir que seguirlo, y lo mismo ocurría con Fidel y la gente de la Sierra. Esta exigencia podía ponernos en crisis, y esa crisis tiene ahora su forma definitiva, tras los episodios de Bolivia.
Dicho más simplemente: nos cuesta a muchos eludir la vergüenza, no de estar vivos —porque no es el deseo de la muerte, es su contrario, la fuerza de la revolución—, sino de que Guevara haya muerto con tan pocos alrededor. Por supuesto, no sabíamos; oficialmente no sabíamos nada, pero algunos sospechábamos, temíamos. Fuimos lentos, ¿culpables? Inútil ya discutir la cosa, pero ese sentimiento que digo está, al menos para mí, y tal vez sea un nuevo punto de partida.
El agente de la CIA que según la agencia Reuters codeó y panceó a cien periodistas que en Vallegrande pretendían ver el cadáver, dijo una frase en inglés: "All right, get the hell out of here" (está bien, saca al infierno de aquí).
Esta frase con su sello, su impronta, su marca criminal, queda propuesta para la historia. Y su necesaria réplica: alguien tarde o temprano se irá al carajo de este continente. No será la memoria del Che.
Que ahora está desparramado en cien ciudades entregado al camino de quienes no lo conocieron.
Buenos Aires, octubre de 1967
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lunes, 9 de junio de 2008

Ernesto Che Guevara





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Enseñanzas de Che Guevara

Precisamente cuando este 14 de junio festejemos el aniversario 80 del natalicio de Ernesto Guevara de la Serna, tendremos una oportunidad para acudir a sus enseñanzas. En correspondencia, vale la pena que quienes nos empeñamos en construir una sociedad divorciada del Capitalismo, en cualquier latitud, al menos repasemos dos de sus obras.

Un buen referente es su pequeño-magistral escrito titulado El cuadro, columna vertebral de la Revolución, el cual fue publicado en la Revista Cuba Socialista, en septiembre 1962, y actualmente además se encuentra en www.inep.org. Allí, el Comandante Che Guevara se pregunta: “¿qué es un cuadro ?”, es decir un dirigente revolucionario, y responde:

“Debemos decir que, un cuadro es un individuo que ha alcanzado el suficiente desarrollo político como para poder interpretar las grandes directivas emanadas del poder central, hacerlas suyas y transmitirlas como orientación a la masa, percibiendo además las manifestaciones que ésta haga de sus deseos y sus motivaciones más íntimas […]”.

También, el Guerrillero Heroico considera que el cuadro debe poseer disciplina ideológica y administrativa, estar dispuesto siempre a afrontar cualquier debate y a responder hasta con su vida de la buena marcha de la Revolución; amén de ser un creador, un dirigente de alta estatura, un técnico de buen nivel político que puede, razonando dialécticamente, llevar adelante su sector de producción o desarrollar a la masa desde su puesto político de dirección. Es decir que el cuadro ha de ser un ejemplo viviente y cotidiano.

Esta lección nos conduce a otras enseñanzas guevarianas, entre ellas las que están relacionadas con su escrito Contra el burocratismo, el que fue publicado originalmente de igual forma en la Revista Cuba Socialista, en febrero de 1963 -a él se puede acceder hoy a través de www.cheguevara.com.ar.

Al respecto, llama la atención que para el Comandante Che Guevara el burocratismo no es un componente inherente al Socialismo, sino más bien un resultado vinculado a la inexperiencia, un elemento que objetivamente deja su impronta en el trabajo cotidiano debido a tres razones fundamentales -según su propia consideración:

1ra razón.- la falta de motor interno: o sea, la carencia de interés del individuo por rendir su servicio al Estado y por superar una situación dada, traducido en una falta de conciencia revolucionaria o, en todo caso, en el conformismo frente a lo que anda mal. He aquí un mayúsculo peligro.

2da razón.- la falta de organización: es decir que el burocratismo genera cuellos de botella , freno innecesario al flujo de las informaciones de las bases y de las instrucciones emanadas de los aparatos centrales, las que a veces toman rumbos extraviados y, otras, se traducen en indicaciones mal vertidas, contribuyendo a más distorsión. He aquí otro mayúsculo peligro.

3ra razón.- la falta de conocimientos técnicos suficientemente desarrollados como para poder tomar decisiones justas y en poco tiempo: esto se traduce en que las discusiones suelen volverse interminables, y después de una, dos, unas cuantas reuniones, el problema sigue vigente hasta que se resuelva por sí solo o hay que tomar una resolución cualquiera, por mala que sea. He aquí una tragedia de incalculables consecuencias.

Entonces, resulta de utilidad extrema tener presente que desarrollar cuadros sea una tarea inaplazable, al tiempo que íntimamente ligado a ello se revele la capacidad de sacrificio, de demostrar con el propio ejemplo las verdades y consignas de la Revolución; y que podemos y debemos darle un puntapié a todo lo que se asocie al burocratismo, es decir a la corrupción, el formalismo, el papeleo, el peloteo, el reunionismo..., lo que deviene asunto de seguridad nacional. Al respecto, merece ser consultado el trabajo Una pelea contra el dragón de las cien cabezas (Juventud Rebelde, 18/5/08).

En suma, las enseñanzas del argentino-cubano Ernesto Guevara de la Serna constituyen sabia con la cual hemos de marchar hacia la creación del hombre del siglo XXI que él mismo vislumbró.


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