viernes, 12 de diciembre de 2008

SIDA: La prevención en nuestras manos

Debemos estar conscientes de que el virus del sida existe, la epidemia se mantiene en continuo crecimiento, las terapéuticas actuales prolongan la vida pero no curan la enfermedad, y al ser una infección vinculada en lo esencial al comportamiento sexual de las personas, es de nuestra estricta responsabilidad asumir o no conductas de riesgo.

En esencia, en este Día Mundial de Respuesta a la Epidemia de VIH-SIDA, es lo que quiere destacar un experto en el tema, el Máster Manuel Hernández Fernández, del área de Comunicación Social del Centro Nacional de Prevención de las ITS-VIH-SIDA, del Ministerio de Salud Pública.

Refiere que investigaciones realizadas dan cuenta de que son altos los niveles de conocimiento de la población en cuanto a cómo prevenir el Virus de Inmunodeficiencia Humana. Sin embargo, una gran mayoría de las personas encuestadas entre los 15 y 49 años no perciben el riesgo de que ellas puedan contraer el virus. También se aprecian creencias erróneas en cuanto a las vías de transmisión de esta enfermedad.

Los fluidos corporales que comprobadamente pueden transmitir el VIH son la sangre, el semen, las secreciones vaginales y la leche materna, y la vía de infección que origina el mayor número de casos es la sexual.

No hay estudios epidemiológicos que demuestren que el virus se transmita mediante un beso o el sudor, como tampoco existen evidencias de infección a través de insectos, ni de alimentos, vajilla, platos, cubiertos, uso común de piscinas, servicios sanitarios, toallas, ropas de cama. Por ello, es posible convivir con personas seropositivas al VIH sin que representen riesgo alguno para quienes les rodeen.

Desde 1986 y hasta el pasado 18 de noviembre han sido diagnosticadas en nuestro país 10 454 personas portadoras del virus, de las cuales 3 910 han enfermado de sida. Actualmente 8 607 pacientes viven con VIH o sida y todos los que son tributarios de las terapéuticas antirretrovirales, de acuerdo con las recomendaciones internacionales, reciben gratuitamente el tratamiento.

Del total de casos diagnosticados, alrededor de un 80% son del sexo masculino, los cuales, mayoritariamente, son hombres que tienen sexo con otros hombres, preferencia sexual que reviste un peligro mayor de transmisión del virus, fundamentalmente por prácticas sexuales anales sin protección.

Hasta que la ciencia no logre derrotar a este mortal virus, mediante una vacuna protectora o la cura de la enfermedad, lo esencial seguirá siendo promover el sexo protegido: una relación de pareja estable y donde predomine la fidelidad, o la utilización de barreras de protección (preservativos) cuando no estén presentes ni la fidelidad ni la estabilidad.





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La CIA planificó acciones subversivas contra Cuba

El cercano aniversario 50 del triunfo de la Revolución, es un momento propicio para profundizar en algunas importantes aristas relacionadas con los planes y las acciones subversivas del gobierno de Estados Unidos hacia Cuba, en los últimos momentos de la sangrienta tiranía de Fulgencio Batista y en los primeros meses posteriores al triunfo del 1ro de enero de 1959.

El papel desempeñado por la Agencia Central de Inteligencia para evitar el triunfo del Ejército Rebelde, tuvo como fundamento estratégico la estimulación de una "tercera fuerza" capaz de deshacerse de Batista —quien ya no garantizaba la protección de los intereses norteamericanos en la Isla— pero que al mismo tiempo cerrara el paso al Movimiento Revolucionario 26 de Julio, dirigido por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.

En las memorias de David Atlee Phillips, uno de los oficiales de la CIA que con mayor saña han participado en la actividad subversiva contra Cuba, se explica que la identificación, estimulación y respaldo de esta "tercera fuerza", había sido una propuesta de James Noel, jefe de la estación CIA en La Habana, quien trabajó activamente en su implementación.  Esta maniobra se correspondía con lo que se identifica en la CIA como "operaciones de acción política", es decir, el respaldo clandestino a individuos u organizaciones que en terceros países puedan responder mejor a los intereses políticos y económicos de Estados Unidos. Ya la diplomacia norteamericana lo había hecho en Cuba, en ocasión de la Revolución del 30, cuando dio su apoyo a Batista para hacer caer al denominado gobierno de los "Cien Días", en el que descollaba la postura antiimperialista de Antonio Guiteras.

En diciembre de 1958 la CIA llevó a vías de hecho varios planes, entre ellos la visita a La Habana de William D. Pawley, ex embajador norteamericano en Perú y Brasil, quien trató, infructuosamente, de convencer al tirano para que abandonase el poder. La Agencia elaboró diferentes versiones de una junta cívico-militar apoyándose en políticos reformistas, militares con mando de tropas, magistrados del Tribunal Supremo y, recurrentemente, la utilización del ex coronel Ramón Barquín, quien guardaba prisión por su responsabilidad en la conspiración militar antibatistiana de 1956.

La CIA también creó una versión de "tercera fuerza" armada en las montañas, actuación encomendada a la autodenominada dirección del II Frente Nacional del Escambray desde su creación en noviembre de 1957, y agudizada a partir de febrero y junio de 1958, con la incorporación de los agentes de la inteligencia norteamericana William Morgan y John Meples Spíritto, respectivamente. Proyectaban utilizar a esta organización como un valladar frente al empuje militar del Ejército Rebelde.

Documentos desclasificados posteriormente por la CIA, revelan que en diciembre de 1958 la División Paramilitar de la Agencia proyectaba un lanzamiento de armas por vía aérea, dirigido a su "tercera fuerza" en las montañas, con el objetivo de que estuviese mejor pertrechada para oponerse al éxito creciente del Ejército Rebelde en su marcha arrolladora hacia occidente.  No pudieron desencadenar esta operación porque la planificaron para los primeros días de enero de 1959, cuando ya la dictadura se había desplomado como resultado de los embates de las fuerzas rebeldes.

Es importante destacar la disposición del dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo, de actuar de inmediato en aras de evitar el triunfo revolucionario en Cuba, acción en la que también se empeñó la Organización de Estados Americanos. En ambos casos en respuesta a una solicitud del Departamento de Estado norteamericano, del 8 de diciembre de 1958.  Refiriéndose al apuntalamiento de la dictadura batistiana, el 15 de diciembre, en entrevista con Joseph S. Farland, embajador norteamericano en Santo Domingo, Trujillo respondió que "si por alguna causa Estados Unidos deseaba ofrecer aquella ayuda de forma indirecta, el gobierno dominicano gustosamente actuaría en esa dirección". 

En cumplimiento de esta propuesta, el 20 de diciembre Trujillo le ofreció a Batista enviar tres mil soldados dominicanos hacia Las Villas y dos mil con destino a Oriente. El Departamento de Estado también maniobraba para crear una comisión mediadora de la OEA integrada, entre otros, por los ex presidentes Arnulfo Arias (Panamá) y Galo Plaza (Ecuador).  Todo ello evidencia que no eran solo palabras la expresión del director de la CIA Allen Dulles en reunión del Consejo de Seguridad Nacional del 23 de diciembre de 1958, cuando expresó: "Debemos evitar la victoria de Castro".

A diferencia de 1898, en esta oportunidad los mambises sí entraron en Santiago de Cuba.





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