Los que dejan la Isla para instalarse definitivamente han inventado un nuevo término de cubano. Hacen en su nuevo país cosas que nunca hicieron en su tierra natal, se ponen guayabera, sombrero de yarey, fuman gigantesco Habano y bajan un buen Añejo de 7 años de Havana Club. Digamos que no lo hicieron cuando vivían en Cuba por las dificultades económicas que atravesaron el país y la gran mayoría del pueblo. Triste es que antes de ingresar a su nuevo país la gran mayoría de estos emigrantes no quería saber nada de Cuba. Soñaban con volar, con partir, con ver lo nuevo y para algunos alcanzar la “Libertad”. Irónico es entender a esos que solo se sienten cubanos cuando visten, comen, hablan, porque bailan salsa casino y por otras muchas cosas. Con orgullosa cara dura lo gritan a los cuatro vientos en lo medios de noticias que pagan al primer cubano emigrante sin vergüenza que se encuentren en la calle para que se haga el patriota y profese un amor a la Patria que nunca ha existido.
Basta de generalizar, mis letras son muy crueles e incluyen a miles que nada tienen que ver.
Dedicaré mis líneas a cada grupo de persona que le encaja a la medida cada uno de los señalamientos.
Los que partieron del país por problemas económicos:
Justificaría solo a los “Balseros”, los que armaron una barcaza madera y neumáticos de camión, esos que perdieron la vida por alcanzar el sueño americano. El resto, los que hicieron colita frente a la SINA, los que tuvieron que pagar cada documento y el pasaje en avión, ¿de donde sacaron el dinero? Los que salieron ilegalmente junto a otros 30 en el mismo viaje en una lancha rápida que solo admite 10 pasajeros, ¿de donde sacaron el dinero? Se habla de miles de dólares percápita, suficientes para vivir cómodamente en Cuba. Miles de familias cubanas no ingresan ni en sueño el dinero que esas personas dedicaron para emigrar con la justificación de presentar problemas económicos.
Ese cuento a otro que de Cuba no sabe no su posición geográfica. Ese cuento a los presidentes de Estados Unidos, que repiten lo que le escriben o le dicen. Persona consciente y conocedora de la realidad cubana sabe que con mil dólares decenas de miles de familias en Cuba vivirían sin dificultad alguna. Esas familias al mes no ingresan 100 dólares y siguen viviendo en Cuba, firmes, fieles a sus principios, conscientes que ser cubano es más que vestir, comer, bailar o hablar como un cubano; es sentir como corre por sus venas la sangre de esos que lucharon por Independencia, que dejaron todas sus comodidades, su familia, su vida y dedicaron todos sus esfuerzos a la causa nacional. Es ser fieles a las raíces y las tradiciones patrióticas y de resistencia que experimentaron nuestros ancestros desde el periodo de conquista y colonización.
Resulta que estos cubanitos emigrantes se van y dicen que salieron por no tener recursos económicos suficientes para vivir en un palacio. Aprovecharon el Periodo Especial para justificar su deseo de partir y demostrar flojera. No hubo corazón para resistir las agresiones, se decidieron por la vía fácil y le siguieron el juego al enemigo que con su política de aislamiento pretende que los cubanos abandonen el país en masa e implanten la inestabilidad en el orden público.
Debería darle pena a esos que se hacen pasar por cubanos des pues de abandonar el país. Cubanos somos los que estamos en nuestra tierra, viviendo el día a día, la escasez de alimentos y de todo, las dificultades con el transporte, los apagones y todo por lo que es criticada Cuba. El verdadero patriotismo se encuentra en Cuba, no en Miami. Patriota es el que lucha, codo a codo con sus compatriotas, no el que ve la primera de partir y evadir las dificultades.
Esta vez no he dicho nombre, pero para la próxima va con nombre y apellidos.
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Hace 6 meses