Nacido en Bani, República Dominicana, el 18 de noviembre de 1836. Inicia su carrera militar, a punto de cumplir los 20 años de edad, cuando se alista como soldado para defender a su país de ataques procedentes de la vecina Haití. Ya en 1863 ostenta el grado de Capitán de caballería. Al cesar la dominación española sobre Santo Domingo, muchos oficiales de dicho país se trasladan a Cuba junto a sus familiares.
En 1865 arriba a la isla, con el grado de Comandante de las Reservas Dominicanas. Contaba con una amplia experiencia militar, en especial de la táctica de las "cargas al machete" que tantas victorias propiciaron a los dominicanos sobre haitianos y españoles.
Para 1867 presenta su renuncia a las Reservas Dominicanas del Ejército Español y se instala, junto a su madre y hermana, en el pequeño ingenio Guanarubí de la jurisdicción de Bayamo. Inmediatamente se suma a planes conspirativos para -según sus propias palabras- pelear por la libertad del negro esclavo.
El 16 de octubre de 1868, se incorpora al Ejército Libertador con el grado de sargento. Con una pequeña tropa, el 4 de noviembre de 1868, dirigió la primera carga al machete en la guerra independentista cubana. Dio así la primera lección acerca del empleo de la que sería hasta el final de la contienda la más temible arma de los combatientes cubanos. Después ocupa la jefatura militar de todos los cuerpos de ejército y demuestra excepcionales cualidades combativas.
En los diez años de brega hasta 1878 libró incontables batallas y descolló como el estratega más dotado y el maestro de una pléyade de jefes brillantes. Tras la firma del Pacto del Zanjón, Máximo Gómez regresa a su país. No obstante continúa anhelando proseguir la batalla por la independencia cubana y junto a otros patriotas realiza planes para lograr ese objetivo, pero dichos planes no llegaron a materializarse por distintas causas.
Ya en los años de la década del noventa en el siglo XIX, José Martí, establece nuevamente contacto con él y en su condición de Delegado del Partido Revolucionario Cubano, lo nombra General en Jefe del Ejército Libertador. Se reúnen en Montecristi, firman el manifiesto de dicho nombre y parten hacia territorio cubano.
Máximo Gómez dio nuevamente su contribución al desarrollo de la guerra por la independencia de Cuba. Dirigió diversas batallas y nuevamente se pusieron de manifiesto sus grandes dotes militares. Su plan de invasión al occidente de la isla, ejecutado junto a su Lugarteniente General Antonio Maceo, constituye una de las más grandes hazañas militares de todos los tiempos.
A Máximo Gómez se le reconoce como uno de los más insignes jefes militares de las gestas independentistas de Cuba y como alguien que es símbolo del internacionalismo.
Tras la conclusión de la guerra en 1898, con la intromisión de los Estados Unidos de América en el conflicto hispano cubano y la derrota de España, Máximo Gómez se trasladó a La Habana, ciudad en la que residió hasta que se produjo su fallecimiento en 1905.