Hay desconocimiento, por ejemplo, de que José Julián Martí Pérez, el primogénito del matrimonio entre Leonor Antonia de la Concepción Micaela Pérez Cabrera y Mariano de los Santos Martí Navarro, tuvo siete hermanas, todas con sus mismos apellidos.
De ellas se nombra con más frecuencia a Amelia, quizá por la hermosa y conocida carta que le escribiera desde Nueva York en los primeros tiempos de su estancia en aquella ciudad.
Tres de estas consanguíneas murieron antes que Martí: Mariana Matilde (Ana) en 1875, sin haber cumplido los 19; María del Pilar Eduarda (Pilar) en 1865, dos días previos a su sexto cumpleaños; y Dolores Eustaquia (Lolita) en 1870, cuando no llegaba a los cinco años.
Fueron pérdidas tremendas, que sacudieron el alma del poeta. Al fallecer Ana, él compuso unos conmocionados versos, aparecidos en la Revista Universal de México: Mis padres duermen / Mi hermana ha muerto /Es hora de pensar. Pensar espanta, / Cuando se tiene el alma en la garganta...
Y cerraba aquella composición sentida: ¡Decidme cómo ha muerto; / Decid cómo logró morir sin verme; / Y —puesto que es verdad que lejos duerme— / Decidme cómo estoy aquí despierto!
Mucho tiempo después, al redactar sus Versos Sencillos, le volverá a rendir tributo: Si quieren, por gran favor / Que lleve más, llevaré / La copia que hizo el pintor / De la hermana que adoré. Era la referencia a una obra del artista plástico mexicano Manuel Ocaranza, novio de Ana.
Con el resto de las muchachas de su estrecha y humilde casa José Julián mantuvo correspondencia, aunque no tan fluida como querían ellas. No obstante, en la definición de él eran «como lirios, para mi alma... que tienen las raíces donde la tiene mi vida».
Una de ellas, Antonia Bruna, le decía a Martí en una misiva fechada en diciembre de 1881: «Espero me contestes aunque sea dos letras para saber si es verdad que me quieres como dices; otra que te escriba será más larga; recibe un fuerte abrazo de tu hermana que bien te quiere».
Y él le exponía a Amelia en 1883: «Tú me pides muchas cartas, tú —feliz— escríbeme sin cesar, y oblígame a ellas. —Y no me mires como a hermano alejado, sino como a parte de tu mismo cuerpo».
Un hecho llamativo y curioso marcaría el destino de las hermanas del Héroe Nacional: tres fallecieron el mismo año; es decir, en el fatídico 1900. Antonia Bruna sucumbió el 9 de febrero, María del Carmen el 14 de junio y Leonor Petrona el 9 de julio.
Por casualidad fue Amelia la única que sobrevivió en el siglo XX. Expiró en 1944, a dos meses de cumplir los 83 años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario