jueves, 12 de abril de 2007

Cuban´s friends

I can be for sure, 15 years behind, in Cuba few people had knowledge that man and women of other towns solidarity with our Homeland. Every year the groups of Solidarity increased with Cuba in the whole planet. Maybe the most popular for those days were the Shepherds for the Peace that they rebounded in the international press for their courage and anger, traveling for diverse cities from Canada until the frontier of United States with Mexico accumulating the donations made by the citizens, churches and other institutions of those countries whose destination was mainly the schools and Cuban hospitals, challenging the unjust measures that the governments impose from United States to the citizens that travel or they have relationships with Cuba and its town.
One cannot stop to mention to those youths that traveled not to Cuba in tourists' quality, but integrating the Brigades of Solidarity, where they worked next to another group of Cuban youths in the construction or repair of schools, hospitals, clinical, or working in the agriculture among other tasks.
Those hard years of Special Period and Blockade, threatened of war for the biggest power in the planet, being white of attacks terrorists and sabotages to hotels of Havana, where the young Italian tourist died Fabio I gave Celmo. The enemies of they thought that with those attacks they will frighten the friends from Cuba that dedicate part of their vacations and they visit us.
The results of these acts were not those that were expected in the White House, the friends from Cuba they multiplied, from several countries messages of solidarity and support are received to the Cuban town. Every day we are proud of having many friends and one way or another we feel sure.
At the moment the Cubans know that men and women of different ages and nationalities visit and you solidarity with Cuba. The Cuban means reflects several of the activities that carry out the diverse Groups of Solidarity with Cuba in its respective countries, the Cubans know that we are not alone in the fight for the return of the 5 Prisoners of the Empire, I neither eat we are alone in the fight for the rising and the elimination of the Blockade that for more than 48 years it has caused big economic losses to Cuba. Neither we were alone in those years in that the Cuban town demanded the government from United States the boy's return Elián González with his father.
For all those visits, manifestations, mobilizations, donations made by you, Friends from Cuba, we are very grateful. We remember to those men and women that arrived one day, with love when we were children to our schools with donations of notebooks and pencils, in those difficult years in that the Cuban Government made extraordinary efforts to guarantee that all the students have sure their materials and school means. It is also remembered to those that to arrive you to our country with donations of medications, those same medications manufactured in the important United States for the treatment of the cancer and other illnesses that the Blockade disables that they are acquired by the Government and Cuban Ministry of Health.
We greet and we send the hottest hug to those that are mobilized in favor of Cuba, against the Blockade, for the liberation of the 5 that although physically we don't know each other, it unites us our efforts and our ideas.

2 comentarios:

Rosa and Ofelia dijo...

El libro CUBA PATRIA EN LAGRIMAS Y EL MENSAJE DE LIANSU es el diario de la primera oleada de refugiados políticos Cubanos a travéz de la transmisiones radiales diarias de Ofelia Fox, esposa del dueño del cabaret Tropicana de la Habana y primera personalidad femenina de la radio en Español del Sur de la Florida. Ofelia transmitía diariamente por la WMIE (ahora La Cubanisima) sin cobrar un solo centavo, un mensaje de fe, esperanza y llamada a la lucha por la libertad de la patria presa de la tiranía comunista.
El siguiente mensaje fué transmitido por Ofelia a finales del mes de Diciembre de 1962 y aparece en las páginas 150-154 del libro.
"Compatriotas, hace unos dias, estando con mi esposo en Boston, fuí al aeropuerto a esperar un avión de relocalizados en el cual llegarían varios amigos. Era la primera vez que presenciaba la llegada de compatriotas a un estado tan lejano de nuestro cálido clima. Se aglutinaron en un pequeño espacio mas de una docena de fotógrafos y periodistas. Pero, esperando a los relocalizados no había un solo Cubano. Solamente yo. Llegar a Miami es como llegar a un pedacito de Cuba. Ese tintileo triste o alegre del Cubano suena a campana de amistad, de hogar, de confianza, de tú. Llegar a Boston, relocalizado, es como llegar a una casa extraña, con puertas abiertas de par en par, pero la casa está vacia.
Escuché a fotógrafos y periodistas comentando entre si: “Tomemos la película, pero no mucho pietaje. Quizas estamos perdiendo el tiempo porque a lo mejor ni lo utilizan.”
Después escuché la voz de un Norteamericano y la transparente ironía me dolió mas de lo debido: “¡Pero si vienen con abrigos!”
No sé si hago mal en calibrar la mentalidad de los que hacían estos frios comentarios por el tamaño de mi herida pero si sé que fugazmente pasó por mi imaginación lo que sentía cada uno de aquella fila de refugiados Cubanos. Eché a un lado la idea, como se deshecha un vendaje ensangrentado, para cubrir de nuevo la herida con una compresa limpia y fresca.
Vi bajar de aquel avión familias con tres y cuatro niños. Mas tarde nuestros amigos me contaron que los habían tratado maravillosamente. Eso me alegró, pero quiero confesarles algo: tal como nos queda el rastro de una horrible pesadilla me quedó en la mente la visión de estos compatriotas bajando del avión: primeros pasos de una vida nueva, prestada o quizas arrebatada al comunismo. Me parecia que estaba viendo a un inválido o un ciego, saliendo de un cabaret. Venían arrastrando la pena de huir de un país donde la vida no es posible a menos que uno se avenga al comunismo y acate la dictadura comunista como cosa buena. Y les embargaba la alegria de estar, al fin, en una nación libre que les ofrecía trabajo, satisfacción y bienestar.
Personalmente no culpo a quienes viven rodeados de alegria y bienestar en la vida. A fin de cuentas las penas vienen solas y las alegrías hay que buscarlas. Quien no llora hoy llorará mañana. Esa es la vida, que como una enorme rueda que gira sin cesar y una parte surca el fango y la otra el aire limpio y puro.
Y así es, en ese girar de la enorme rueda de mi vida, que llegan estas Navidades. He pasado ya dos en Miami. Esta tercera he de tolerarla en Boston. En Miami la Navidad tiene un poco de lo nuestro. Duele un poquitín menos. Pero esta tercera Nochebuena tan lejos de todo lo mio me dejará una cicatriz que nada ni nadie podrá borrar. Ahora sí que estoy en tierra extraña. Ahora sí que soy extranjera. Ahora sí que soy refugiada. Aquí no se oye nada respecto a Cuba. De vez en cuando leo o escucho una noticia sobre la vigilancia de los barcos que entran y salen de puertos Cubanos. Nada mas. No he oido música Cubana desde que salí de Miami. ¿Comida Cubana? Ninguna. Solamente Americana o Italo-Americana. Pasan semanas y no escucho ni una palabra en Español. De refilón, como quien no quiere las cosas, miro los foquitos de colores y los arbolitos y se me cuelan algunos villancicos, en Inglés, naturalmente. Y de repente algo me punza. Sé que es Cuba, que agoniza en la soledad de los miedos de dos potencias que, a su manera, sea como sea, si tienen aún celebraciones de Navidad.
Frente al hotel donde resido está una iglesia, de la denominación Ciencia Cristiana y el edificio tiene una capilla que me recuerda a la de nuestro capitolio. De noche la iluminan, como para animarme. A mi nada mas. Porque no veo que otros le presten atención. Y no puedo dejar de pensar, al verla, en nuestro capitolio.
Tambien mi vista abarca, desde el hotel, una plaza central con edificios, como los nuestros de la Habana Vieja. Los foquitos de colores brillan, insultantes, porque me recuerdan la ciudad que no he visto en tanto tiempo. Y así me parece sentir el corazón latiéndome mas lenta y calladamente, al unísono del corazón de Cuba donde las luces mueren victimas de los apagones – donde el Cubano ya no es alegre, ni fraternal ni libre, porque le han enseñado a odiar y envidiar y aceptar el yugo como cosa normal. Le han enseñado a justificar lo injustificable. Le han hecho creer que los culpables somos los que nos fuimos a decirle al mundo la verdad del horror que padece Cuba; los que nos fuimos para hacer lo que podamos por verla libre de nuevo. Los culpables, indiscutiblemente, son los que esclavizan a Cuba. Eso, algún dia, quedará muy claro en la historia de nuestro pueblo. La verdad, por mucho que quieran hacernos creer que es relativa nunca tiene dos caras: es verdad o es mentira. La verdad es tan clara como el agua. Los comunistas continaminaron nuestro manantial y ahora los fanáticos, los resentidos, los envidiosos y los que odian tendrán que tomar de esa agua hasta que Dios, o los Cubanos digan: “¡Basta!” Y si la cosa se prolonga, no tengo la menor duda de que algún dia veremos a muchos de ellos en el destierro. Ojalá que, de llegar ese momento, no quieran salvar su amor propio justificando aquí la horrible pesadilla que vive nuestra patria. ¡De esa pesadilla debemos estar avergonzados todos los Cubanos!"
Ofelia Fox (Liansu)

Anónimo dijo...

lo que yo queria, gracias

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