La posibilidad de que la cumbre sobre el clima acabe con un estrepitoso fracaso debido a las enormes divergencias entre países industrializados y en vías desarrollo se hacía patente el lunes en Copenhague, a sólo cinco días del fin de la reunión.
Mayores reducciones de CO2 y el financiamiento con recursos y transferencia de tecnología son las solicitudes más perentorias al grupo de los poderosos, reticentes a predicar con el ejemplo.
En los enfoques mediáticos de la prensa occidental se muestran los encontronazos como una falta de voluntad a ceder de todas partes, sin recalcar que los mayores contaminantes del planeta son los integrantes del G7, según los expertos.
Los países africanos, respaldados por el G77 -que agrupa a 130 países en vías de desarrollo-, suspendieron su participación en varios grupos de negociación en la Conferencia sobre cambio climático que se celebra en la capital danesa.
“Abandonaron, me han dicho, los grupos de negociación”, declaró a la AFP un ministro de un país occidental que requirió el anonimato.”Esta situación puede ser superada, todo depende de si existe una voluntad de ser constructivos”, agregó.
Esta suspensión surgió de la voluntad de denunciar que los países ricos están desentendiéndose del Protocolo de Kioto, el único instrumento internacional actualmente existente para luchar contra el calentamiento global, que impone obligaciones a las naciones industrializadas al tiempo que protege a los países en vías de desarrollo.
“Africa ha dado la señal de alerta para evitar que el tren se estrelle al final de esta semana”, afirmó Jeremy Hobbs, director ejecutivo de la ONG Oxfam International, en referencia a la cumbre que el viernes reunirá a cerca de 120 jefe de Estado y de Gobierno, entre ellos los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, así como el primer ministro chino, Wen Jiabao.
“Los países pobres quieren un resultado que garantice importantes reducciones de emisiones, sin embargo los países ricos están intentando retrasar las discusiones sobre el único mecanismo del que disponemos para esto, el Protocolo de Kioto”, agregó.
El Protocolo de Kioto impone reducciones obligatorias de las emisiones de gases de efecto invernadero a los países industrializados pero no a las naciones en vías desarrollo. Su primera fase de objetivos expira a finales de 2012 y la cumbre de Copenhague tiene como misión intensificar la acción internacional para después de esa fecha.
Los países en desarrollo defienden el mantenimiento del Protocolo de Kioto, con una segunda fase de compromisos a partir de enero de 2013, pero algunos países ricos como Estados Unidos prefieren elaborar un nuevo tratado, con bases diferentes.
Estados Unidos, que nunca ratificó Kioto, considera que el Protocolo es injusto porque no impone obligaciones a las grandes potencias en desarrollo, como China, India y Brasil, responsables de una gran parte de las emisiones de CO2 mundiales.
La ministra danesa de Medio Ambiente, Connie Hedegaard, que preside la conferencia, estaba reunida a primera hora de la tarde con los responsables del grupo de países de Africa para intentar encontrar una solución, según un delegado africano.
Según el ministro occidental, como consecuencia de la retirada del G77 de los grupos de negociación también quedaron bloqueados los trabajos de una reunión informal de ministros de Medio Ambiente sobre los puntos más conflictivos de un futuro acuerdo. Estos son la reducción de emisiones por los países desarrollados y en vías de desarrollo, la financiación, las medidas de verificación, los mecanismos de mercado y los objetivos a largo plazo.
Además de Lula, numerosos jefes de Estado latinoamericanos tienen previsto participar en la cumbre el jueves y el viernes.
Según el programa de la conferencia, deben asistir el presidente venezolano Hugo Chávez, el mexicano Felipe Calderón, el boliviano Evo Morales, el colombiano Alvaro Uribe y la argentina Cristina Kirchner. También está prevista la asistencia de los vicepresidentes de Cuba Esteban Lazo, de República Dominicana Rafael Alburquerque y de Panamá Juan Varela.
En total se espera alrededor de 120 jefes de Estado o Gobierno en el segmento final de la cita de Copenhague los días 17 y 18 de diciembre, y con acuerdos e iniciativas concretas, los países de la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra America (ALBA) se reunirán aquí de forma paralela a la COP15 en un gran acto en presencia de los mandatarios Hugo Chávez (Venezuela) y Evo Morales (Bolivia).
Será al anochecer del 17 de diciembre, con la participación de los nueve miembros del ALBA y justo apenas días después de la cumbre de la concertación latinoamericana en La Habana, Cuba.
Las noticias de aliento se inscriben en manifestaciones de grupos indígenas, el interés en las posturas de los pequeños estados insulares (AOSIS, por sus siglas en inglés), y proyectos de la Madre Tierra (Bolivia) y Yasuní ITT (Ecuador), entre otros.
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Hace 6 meses
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